Es de notar que el primer paso y casi único que siguieron las universidades fue virtualizar las clases, sin embargo, cabría preguntar si se evaluó el riesgo ¿cuál? volatilidad de los alumnos frente a un proceso virtual el cual es un medio, pero no un fin, que no necesariamente asegura la transferencia del conocimiento, esto es lo que podría llamarse la prueba acida, de si hubo investigación de la eficacia de este medio.
No obstante surge una enorme oportunidad y que es poner el foco en la materia prima de una universidad, el ser humano, principalmente en la tesis que TTI SI SAC plantea desde hace algún tiempo, a través de la ciencia del conocimiento del ser humano y en las cinco diferentes dimensiones, que son: Comportamiento, Motivadores, Competencias, Inteligencia Emocional y Acumen.