¿Están las empresas gerenciando inteligentemente la crisis económica, o están contribuyendo emocionalmente a su ruina?
Todos sabemos que los escenarios de crisis hacen más difícil la gestión y la motivación de las personas en las empresas.
Sin embargo, y a pesar de estos escenarios, hay organizaciones con cifras sorprendentemente positivas, y aunque sabemos que muchos son los causantes de tales beneficios, queremos analizar uno en particular: La Emoción como generadora de Productividad.
Manejar las emociones
Quien pretenda alcanzar el éxito, tanto empresarial como el personal, debe saber manejar con destreza las emociones: las propias y la de los demás. Joseph Ledoux comprobó que la emoción precede al pensamiento en los circuitos neuronales del cerebro.
El hecho de que el cerebro emocional reaccione antes que el racional y que éste sea una derivación de aquél, revela con claridad las auténticas relaciones existentes entre el pensamiento y el sentimiento.
Por lo tanto primero percibimos y reaccionamos emocionalmente, y luego elaboramos una respuesta racional.
Inteligencia Emocional
La Inteligencia Emocional es la base fundamental en el proceso de toma de decisiones. De ella depende el alto rendimiento en las organizaciones. A mayor nivel de inteligencia emocional, mayor beneficio y productividad. Mediante ésta logramos reconocer, entender y utilizar el poder de las emociones para facilitar altos niveles de colaboración y rendimiento.
En esencia, si en una organización el nivel de estabilidad emocional es baja. La productividad esperada será igualmente baja.
La mayor baja de productividad en las empresas se registra cuando el comportamiento de un líder con un bajo Coeficiente Emocional impacta exponencialmente en la organización.
El clima emocional dentro de la empresa
El clima emocional empresarial apoya o deteriora el desempeño. Desconocerlo es peligroso. Las emociones como la ira, la envidia y el miedo un efecto altamente nocivo. No podemos pretender estimular la producción si las comunicaciones de la empresa giran en torno al temor y a la inestabilidad laboral.
Cuando las personas están molestas, desmotivadas o ansiosas, sufren disminución en sus capacidades cognitivas.
Si la intensidad es muy alta, se produce un “secuestro emocional” inhabilitando a la persona temporalmente para pensar racionalmente. Estudios han demostrado que regresar al estado emocional normal, puede tomar mínimo cuatro horas. Durante este lapso, la persona es incapaz de concentrarse, asimilar la información y mucho menos generar nuevas ideas.
Es imprescindible cambiar nuestro lenguaje y enfocarnos hacia las emociones positivas. Ellas estimulan el éxito profesional y personal. Si nos apasiona la tarea que realizamos, la haremos eficientemente. Nos resultará un placer cumplir con ella. Si nos sentimos a gusto en nuestro puesto de trabajo, nuestro rendimiento será mayor.
Importancia de la inteligencia emocional
La gran mayoría de los directivos, gerentes y supervisores no tienen conciencia de la importancia de la Inteligencia Emocional. Sin embargo, actualmente es una de las características que deben ser altamente consideradas al seleccionar y/o evaluar personas, actualmente existen grandes carencias de altos niveles de Inteligencia Emocional en los niveles directivos de las organizaciones.
John Simmons y William Mares investigaron los efectos de la gestión participativa en las empresas y llegaron a los siguientes resultados:
- La productividad aumentó en un 100% y más.
- El número de bajas por enfermedad se redujo a la mitad.
- La autoestima de los empleados aumentó.
- Los empleados disfrutaban más con su trabajo.
- La sensación de impotencia entre los empleados se redujo.
- La sensación de ejercer control aumentó.
De los datos aportados por esta investigación se deduce que, dependiendo del estado de ánimo de los trabajadores, aumenta o disminuye la productividad.
Desarrollo de habilidades
Cuando los directivos de la organización desarrollan sus habilidades sociales, promueven bienestar y contacto humano con el resto del personal que integra la organización.
Tal y como lo expresó Daniel Goleman en su libro “Inteligencia Emocional”, se puede tener éxito en la vida sin tener grandes habilidades técnicas. Vale decir, que el Coeficiente Emocional de una persona es más determinante en un desempeño exitoso que el Coeficiente Intelectual.
Sabemos que las crisis son reales, pero también sabemos que el éxito depende de la capacidad de los líderes de lograr la máxima colaboración, creatividad y desempeño de sus equipos de trabajo.
Escrito por Bill J. Bonnstetter – TTI Success Insights
